Es otra de tantas características que heredamos de los monos. El notable biólogo Charles Darwin descubrió que cuando los primates se sienten felices por algún hecho o acontecimiento, suelen hacer chocar la palma de una mano contra la otra, y se produce así el característico sonido ‘clap’. Los humanos repetimos esa conducta que no trata de reconocer el mérito de acciones ajenas, sino de expresar mero júbilo o emoción por cualquier situación.
Fuente: http://revistaconozcamas.com/?p=17242
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